Resumen de «Las 48 Leyes del Poder» de Robert Greene
Calificación: 9/10
Autor: Robert Greene.
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Tabla de contenidos
Resumen Breve del Libro
Las 48 leyes del poder del autor Robert Greene es una obra que explica las dinámicas sociales del poder. Contiene ideas de Nicolás Maquiavelo, y ha sido comparada con la obra de Sun Tzu.
Para el escritor Robert Greene, el término poder tiene un significado amoral. Es un juego. Un juego social. Para dominarlo, debes ser capaz de estudiar y entender a la gente. Sin embargo, siempre debes tomar la ruta indirecta al poder.
Las 48 leyes del poder de Robert Greene son un manual que te ayudará a obtener poder indirectamente.
El autor cubre una investigación de un periodo de más de 3,000 años de historia. Las 48 leyes del poder incluyen 48 piezas de sabiduría que aplican para una gran variedad de civilizaciones en el mundo.
El libro es una verdadera guía práctica para convertirte en alguien poderoso. Una fuente de información invaluable para aquellos que buscan sobresalir en la vida.
Ideas Clave del Libro
- El juego del poder existe lo quieras o no. Nuestra sociedad y sus relaciones están basadas en el poder. Es mejor conocer las dinámicas del poder para tomar ventaja de ellas, y para evitar ser víctima de ellas.
- En el mundo actual, es muy peligroso verse muy hambriento de poder. Debemos vernos justos y decentes.
- Una de las habilidades fundamentales para obtener poder es la habilidad para controlar las emociones, porque las emociones nublan la razón.
Las 48 Leyes del Poder RESUMEN COMPLETO
El contenido de esta obra se basa en una lista detallada y estructurada de las 48 leyes, ilustrando cada ley con algunos hechos de la historia.
En este resumen veremos cada una de las leyes, y extraemos los puntos clave a considerar en ellas.
Prefacio
En el mundo actual, es muy peligroso verse muy hambriento de poder. Debemos vernos justos y decentes.
El mundo está dominado por el poder, y no hay forma de escapar de él. Puede que te guste, o puede que no te guste, pero el mundo es así. En lugar de resistirte a lo inevitable, es mucho mejor ser hábil en el juego de poder.
Una de las habilidades fundamentales para obtener poder es la habilidad para controlar las emociones, porque las emociones nublan la razón.
Además, el poder también requiere que seamos capaces de disfrazar apariencias.
El engaño es una de las armas más potentes en el arsenal, y la paciencia es un escudo importante.
La mitad de tu dominio del poder viene de lo que no haces (porque así evitas errores).
El poder es un juego social. Por lo tanto, es importante desarrollar la habilidad de estudiar y entender a la gente. Debes ser como un psicólogo.
Las leyes tienen una premisa simple: algunas acciones incrementan tu poder, mientras que otras acciones lo disminuyen.
Ley 1: Nunca le hagas la sombra a tu amo
Siempre procura que tus amos se sientan cómodamente superiores. En tu deseo por complacerlos e impresionarlos, debes evitar la demostración excesiva de tus talentos y virtudes, o podrías lograr lo opuesto: inspirar miedo e inseguridad en ellos.
Procura que tus amos parezcan más brillantes de lo que son, y así obtendrás mucho poder.
No abras hoyos en la vanidad de tu amo, o pagarás un precio muy caro.
Ley 2: Nunca confíes demasiado en tus amigos; aprende a usar a tus enemigos
Ten cuidado con tus amigos. Te traicionarán más rápido que nadie, porque pueden caer presas de la envidia. También pueden volverse irrespetuosos y tiranos.
Por otra parte, cuando te asocias con un enemigo, éste resultará ser muy leal, porque debe demostrarte su valía.
Debes tener más miedo de los amigos que de los enemigos.
El problema con los amigos es que nunca sabes lo que son capaces de hacer. De tus enemigos sabes que puedes esperar lo peor, pero cuando un amigo te ataca, normalmente te toma por sorpresa.
Si no tienes enemigos, busca una forma de hacer unos cuantos.
Ley 3: Oculta tus intenciones
Mantén a la gente fuera de balance al no revelar el propósito detrás de tus acciones. Si no tienen idea de tus planes, nunca podrán preparar una defensa. Guíalos por el camino equivocado, atrápalos en una nube de humo. De esa forma, para cuando conozcan tus intenciones, será demasiado tarde.
El engaño siempre es una buena estrategia. Los engaños más efectivos requieren de una cortina de humo para distraer la atención de la gente.
Ley 4: Siempre di menos de lo necesario
Según el autor, cuando tratas de impresionar a la gente con palabras, debes ser breve y directo. Mientras más hables, más corriente serás percibido, y menos control tendrás.
Las personas poderosas impresionan e intimidan hablando muy poco.
Además, mientras más hablas, mayores las probabilidades de que digas algo estúpido.
La lengua humana es una bestia que pocos pueden dominar. Una vez que dices una tontería, no podrás borrar lo que dijiste.
Ley 5: Mucho depende de tu reputación, protégela con tu vida
La reputación es la piedra angular del poder. A través de tu reputación, puedes intimidar y ganar. Si la dañas, eres vulnerable.
Haz que tu reputación sea inexpugnable. Mantente alerta de ataques potenciales y bloquéalos antes de que sucedan.
Mientras tanto, aprende a destruir a tus enemigos abriendo hoyos en su reputación. Después, apártate y deja que la opinión pública los aplaste.
Ley 6: Llamar la atención a cualquier precio
Todo es juzgado por su apariencia. Lo que no es visto, no existe. No seas invisible ante los ojos de las multitudes. Llama la atención. Sé sobresaliente a cualquier precio. Conviértete en un imán de atención al aparentar ser más grande, más colorido, y más misterioso que las masas blandas y tímidas.
Atrae la atención de los escándalos. No discrimines entre los tipos de atención. Es mejor ser atacado que ignorado.
Llamar la atención a cualquier precio es crucial.
Ley 7: Deja que otros hagan el trabajo por ti, pero siempre toma todo el crédito
Haz que la gente haga el trabajo por ti.
Utiliza la sabiduría, el conocimiento, y el trabajo de otras personas para tu propia causa. Su ayuda te servirá no solo para ahorrar tiempo y energía, sino que también te dará eficiencia y velocidad. Al final, tus ayudantes serán olvidados y tú serás recordado.
Nunca hagas lo que otros pueden hacer por ti.
Ley 8: Haz que la gente venga a ti; utiliza una carnada de ser necesario
Cuando fuerzas a otra persona a actuar, tú tienes el control. Es mejor hacer que tu oponente venga a ti, abandonando sus planes en el proceso. Sedúcelo con ganancias fabulosas, después ataca. Así tú controlas las cartas.
La esencia del poder es la habilidad para mantener la iniciativa, y eso lo lograrás al provocar que los demás reaccionen a tus movimientos.
Ley 9: Gana a través de tus acciones, nunca a través de un argumento
Según el autor, cualquier victoria que obtienes a través de un argumento es temporal. El resentimiento y malestar que has provocado es más fuerte y más largo que cualquier cambio de opinión momentáneo.
Es mejor convencer a los demás a través de tus acciones, sin decir una sola palabra. Demuestra, no expliques.
Ley 10: Infección; evita a los infelices y a los que tienen mala suerte
Puedes morir como resultado de la miseria de alguien más. Los estados emocionales son enfermedades contagiosas.
En ocasiones querrás ayudar a un hombre que se ahoga, pero estarás precipitando tu propio desastre.
Los desafortunados atraen infortunios.
Es mejor asociarse con personas felices y afortunadas.
Ley 11: Aprende a mantener a la gente dependiendo de ti
Para mantener tu independencia siempre debe haber alguien que te necesite y te quiera. Mientras más dependan otros de ti, más libertad tendrás.
Haz que la felicidad y la prosperidad de los demás dependa de ti. Así nunca te faltará nada.
Nunca enseñes demasiado para evitar que la gente pueda hacer las cosas por sí misma.
Ley 12: Utiliza la franqueza y la generosidad en forma selectiva para desarmar a tu víctima
Un movimiento sincero y honesto cubrirá docenas de movimientos deshonestos.
Los gestos de corazón como la honestidad y generosidad bajan la guardia incluso de la gente más desconfiada.
Una vez que tu honestidad selectiva abra un agujero en su armadura, puedes engañar y manipular a discreción.
Un regalo oportuno (un caballo de Troya) servirá el mismo propósito.
La honestidad y generosidad selectiva se tratan de ser honesto y generoso cuanto te conviene, para posteriormente dejar de serlo cuando te conviene también.
Ley 13: Al pedir ayuda, apela a los intereses de la gente, y no a su piedad y gratitud
Si necesitas que un aliado te ayude, no te molestes en recordarle tu generosidad pasada, ni tus buenas obras. Él te ignorará.
En lugar de eso, descubre algo que él quiera, o algo que lo beneficie, y haz énfasis en eso. Él responderá con entusiasmo cuando vea que hay algo de beneficio para él.
Ley 14: Muéstrate como un amigo; actúa como un espía
Conocer a tu rival es crucial. Utiliza espías para recopilar datos que te ayudarán a estar un paso adelante.
Mejor aún: Sé el espía tú mismo.
En encuentros sociales, aprende a investigar. Haz preguntas indirectas para que la gente revele sus debilidades y sus intenciones. No hay ocasión que no sea una buena oportunidad para espiar.
El conocimiento de tu víctima puede hacer que seas percibido como alguien encantador que anticipa sus deseos. Pero nadie podrá ver la fuente de tu poder. Y nadie puede pelear contra aquello que no puede ver.
Ley 15: Aplasta a tu enemigo en su totalidad
Todos los grandes líderes desde los tiempos de Moisés saben que un enemigo temido debe ser destruido en su totalidad. Algunos han aprendido esto por el camino difícil.
Si una llama se mantiene encendida, no importa lo pequeña que sea, puede provocar un incendio gigantesco.
Tu enemigo se recobrará, y buscará venganza. Aplástalo, no solo en cuerpo, pero en espíritu también.
Ley 16: Utiliza tu ausencia para incrementar el respeto y el honor
Según el autor, la excesiva circulación de un objeto hace que su precio baje en el mercado. Mientras más seas visto y escuchado, más común parecerás.
Tu desaparición temporal hará que la gente hable de ti, e incluso que te admire.
Debes saber cuándo desaparecer. Crea valor a través de la escasez.
Ley 17: Mantén a los demás en suspenso y terror; sé impredecible
Los humanos son creaturas de hábito con una necesidad insaciable de ver algo familiar en las acciones de otras personas. Ser predecible le proporciona un sentimiento de control a tus enemigos.
Dales vuelta a las cosas: sé deliberadamente impredecible.
Una conducta que no tiene consistencia y propósito saca de balance a la gente.
Llevada al extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar.
Ley 18: No construyas una fortaleza para protegerte; el aislamiento es peligroso
El mundo es peligroso y hay enemigos por todos lados. Todos quieren protegerse a sí mismos.
Una fortaleza parece segura. Pero el aislamiento te expone a mayores peligros, porque te aísla de información valiosa; te hace sobresalir, y te convierte en un blanco fácil.
Es mejor circular entre la gente. Te protegerás de los enemigos en la muchedumbre.
Ley 19: Conoce a la persona con la que tratas; nunca ofendas a la persona equivocada
Existen muchos tipos de personas en este mundo, y nunca puedes asumir que todos reaccionarán a tus estrategias de la misma forma.
Si engañas y ofendes a la persona equivocada, esta pasará el resto de su vida buscando venganza.
Escoge cuidadosamente a tus víctimas y a tus oponentes.
Unas de las habilidades más importantes del poder es la de distinguir a los lobos de los corderos, para que así nunca ofendas a la persona equivocada.
Ley 20: No te comprometas con nadie
El torpe siempre se apresura a tomar bandos en una pelea.
No te comprometas a ninguna causa más que a la tuya la propia.
Cuando alguien siente que te posee, pierdes todo tu poder.
No dejes que otra gente te jale a sus peleas. Muéstrate interesado y ofrece apoyo, pero busca una forma de mantenerte neutral.
Deja que los demás peleen mientras tu observas y esperas. Cuando los bandos se hayan cansado, será el momento oportuno de escoger alguno.
Ley 21: Aparenta ser más tonto que tu víctima
A nadie le gusta sentirse más tonto que otra persona.
El truco está en hacer que tus víctimas se sientan más inteligentes que tú.
Una vez que se convenzan de esto, nunca sospecharán de tus motivos y estrategias.
Ley 22: Utiliza la táctica de la capitulación; transforma la debilidad en poder
Según el autor, cuando te encuentres débil, debes evitar pelear por honor.
Es mejor entregarse.
Entregarse te proporciona tiempo para recuperarte, tiempo para atormentar e irritar a tu conquistador. Tiempo para esperar a que su poder disminuya.
No le des a tu enemigo la satisfacción de pelear y derrotarte. Entrégate primero.
Ley 23: Concentra todas tus fuerzas
Conserva tus fuerzas y energías en su punto más fuerte.
Bien dice el dicho: «el que mucho abarca poco aprieta».
Cuando busques fuentes de poder para elevarte, encuentra la vaca gorda que te dará leche por mucho tiempo.
Concéntrate en un mismo objetivo. Concéntrate en tus fortalezas.
Ley 24: Desempeña el papel de cortesano perfecto
El cortesano perfecto prospera en un mundo en el que todo gira alrededor del poder y la destreza política.
El cortesano ha dominado el arte de la indirección; él alaga, trabaja para sus superiores, y tiene poder sobre los demás con oblicuidad.
Aprende a aplicar el papel del cortesano y no habrá límites en tu ascenso por el poder.
Ley 25: Procura recrearte permanentemente
No aceptes los roles que la sociedad te endilgue.
Recréate a ti mismo al forjar una nueva identidad. Una que atraiga atención y que nunca aburra a su audiencia.
Sé el maestro de tu propia imagen, en lugar de permitir que los demás la definan por ti.
Incorpora dispositivos dramáticos en tus gestos públicos y en tus acciones. Tu poder incrementará y tu personaje será más grande que la vida.
Debes aprender a magnificar tus acciones a través de técnicas dramáticas como la sorpresa, el suspenso, la simpatía, y la identificación simbólica.
Ley 26: Mantén limpias tus manos
Debes ser percibido como una pauta de civilidad y eficiencia. Tus manos nunca deben mancharse con errores y tareas obscenas.
Mantén una apariencia limpia, utilizando chivos expiatorios para evitar asociarte con acciones negativas.
Nuestra reputación depende de nuestra habilidad para ocultar cosas. Todos cometen errores, pero los más inteligentes saben ocultarlos, y echar la culpa a alguien más. Un chivo expiatorio siempre debe estar a la mano para este tipo de situaciones.
Cuando algo malo deba hacerse, es muy alto el riesgo de hacerlo tú mismo. Idealmente debes tener a alguien que haga el trabajo sucio por ti.
Ley 27: Juega con la necesidad de la gente de creer en algo para fabricar un culto de seguidores
La gente tiene una enorme necesidad de creer. Conviértete en un punto focal de dicha necesidad al ofrecerles una causa, una nueva fe para seguir.
Mantén tus palabras vagas pero llenas de promesa; enfatiza el entusiasmo sobre la racionalidad.
Proporciona a tus discípulos rituales, y pídeles hacer sacrificios.
En la ausencia de una religión organizada, tu nuevo sistema de creencias te dará mucho poder.
Juega con la necesidad de la gente de creer en algo para crear un culto de seguidores
Ley 28: Actúa con audacia
Si no estás seguro de tus planes, no los lleves a cabo. Tus dudas y vacilaciones afectarán tu ejecución.
La timidez es peligrosa. Es mejor actuar con audacia. Y cualquier error que cometas a través de la audacia puede ser corregido con más audacia.
Todos admiran al audaz; nadie al tímido.
Ley 29: Planea todo hasta el final
El final lo es todo.
Planea siempre hasta el final, tomando en cuenta todas las posibles consecuencias, obstáculos, y volteretas de suerte que podrían afectar tu duro trabajo.
Al planear hasta el final, prevendrás contingencias, y sabrás cuando detenerte.
Ley 30: Haz parecer que lograste las cosas sin esforzarte tanto
Tus acciones deben parecer naturales y ejecutadas con facilidad.
Todo el esfuerzo y la práctica que requirieron, así como los trucos que fueron utilizados, deben ocultarse.
Cuando actúes, actúa sin esfuerzo, como si pudieras hacer mucho más.
Evita la tentación de revelar lo mucho que trabajas.
Nunca le muestres a nadie tus trucos, o serán utilizados en contra tuya.
Ley 31: Controla las opciones: haz que los demás jueguen con las cartas que tú repartes
Los mejores engaños son los que parecen ofrecer opciones a elegir a la otra persona. Tus víctimas sentirán que están en control, pero serán tus marionetas.
Obliga a la gente a escoger el menor de dos males, ambos sirviendo un propósito tuyo.
Ley 32: Juega con las fantasías de la gente
La verdad con frecuencia es evadida, porque es fea y poco placentera.
Nunca apeles a la verdad y la realidad a menos que estés preparado para recibir la ira que deriva del desencanto.
La vida es tan cruda y estresante que la gente que puede manufacturar romance y fantasías son como un oasis en el desierto.
Hay un gran poder en despertar las fantasías de la gente y de las masas.
Ley 33: Descubre el talón de Aquiles de los demás
Todos tienen una debilidad, una abertura en la muralla de su castillo.
Esa debilidad normalmente es una inseguridad, una necesidad, o una emoción incontrolable. Esta debilidad también podría ser un pequeño placer secreto.
Una vez que se detecta, esta debilidad se convierte en un talón de Aquiles que puedes utilizar para tu beneficio.
Ley 34: Actúa como un rey para ser tratado como tal
La forma en que te manejas determinará el trato que otros te darán. En el largo plazo, ser percibido como vulgar y común hará que pierdas el respeto de la gente.
Un rey se respeta a sí mismo, e inspira esa percepción en los demás.
Al actuar regiamente y con confianza de tus poderes, todos te percibirán como si estuvieras destinado a llevar una corona.
Por eso debes actuar como un rey para ser tratado como tal.
Ley 35: Domina el arte de la oportunidad
Nunca aceleres las cosas. Acelerar las cosas traiciona el control sobre ti mismo, y sobre el tiempo.
Siempre manéjate con paciencia, como sí supieras que todo saldrá como tú lo planeas.
Aprende a detenerte cuando sea el momento equivocado, y ataca ferozmente cuando sea el momento preciso.
Domina el arte de la oportunidad.
Ley 36: Desdeña las cosas que no puedes tener; ignorarlas es la mejor venganza
Al admitir un pequeño problema, le proporcionas existencia y credibilidad.
Mientras más atención le das a un enemigo, más fuerte lo haces.
Un pequeño error con frecuencia empeora y es más visible cuando tratas de solucionarlo. A veces es mejor dejar las cosas tal y como son.
Si hay algo que deseas, pero que no puedes tener, muestra desprecio por ello.
Mientras menos interés reveles, serás percibido con mayor superioridad.
Ley 37: Crea espectáculos convincentes
Las imágenes llamativas y los gestos simbólicos crean un aura de poder. Todos responden a ellos.
Crea espectáculos para aquellos que te rodean y, posteriormente, llena de visuales deslumbrantes y símbolos radiantes que magnifiquen tu presencia.
Al ser deslumbrados por tus apariencias, nadie se dará cuenta de lo que estás haciendo realmente.
Esta ley se enfoca en distraer al enemigo o a la víctima.
Ley 38: Piensa como te plazca, pero compórtate como los demás
Si vas en contra de la corriente, alardeando de tus ideas poco convencionales y poco ortodoxas, la gente creerá que solo quieres atención, y que los ves como inferiores. Y ellos encontrarán una forma de castigarte por hacerlos sentir así.
Es mucho mejor mezclarse con la multitud, y cultivar el sentido común.
Comparte tu originalidad solo con tus amigos más tolerantes, y con aquellos que sabes que apreciarán tu forma única de ser.
Ley 39: Revuelve las aguas para atrapar a los peces
La ira y la emoción son estrategias contraproducentes. Siempre debes calmarte para pensar con objetividad.
Por otra parte, si logras que tus enemigos se enojen mientras tú te mantienes en calma, obtendrás una ventaja decisiva.
Saca de balance a tus enemigos: encuentra la grieta en su vanidad para agitarlos. Así serás tú quien mueve los hilos.
Ley 40: Menosprecia lo que es gratuito
Lo que se ofrece gratis usualmente es peligroso, e involucra un truco o una obligación escondida.
Todo lo que vale la pena, vale la pena ser pagado.
Al pagar todo te alejarás de compromisos como la gratitud, la culpa, y los engaños. Con frecuencia, es mejor pagar el precio completo.
Usa tu dinero con sabiduría y mantenlo circulando. La generosidad es un signo y un imán de poder.
Ley 41: Evita imitar a los grandes
Lo que sucede primero siempre aparenta ser mejor y más original que lo que sucede después.
Si tienes un padre exitoso, tendrás que lograr el doble que él para eclipsarlo. No te pierdas en su sombra, ni te estanques en un pasado que no sea tuyo.
Establece tu propio nombre e identidad.
Aniquila al padre déspota, menosprecia su legado, y obtén poder al brillar a tu manera.
Ley 42: Muerto el perro se acabó la rabia
Los problemas pueden enraizarse en un solo individuo. Si permites que dichas personas operen, otros sucumbirán ante su influencia.
No permitas que los problemas se multipliquen, no negocies con ellos, son irremediables. Neutraliza la influencia de estas personas al aislarlas o desterrarlas.
Ataca la raíz del problema y el rebaño se dispersará.
Muerto el perro se acabó la rabia.
Ley 43: Trabaja sobre el corazón y la mente de otros
La coerción crea una reacción que eventualmente funcionará en tu contra. Debes seducir a otros para que quieran actuar en tu beneficio. Y la forma correcta de seducir a otros es operando dentro de sus psicologías individuales, y dentro de sus debilidades.
Suaviza al que se resiste al jugar con aquello que ama o teme.
Por el contrario, ignora los corazones y las mentes de otros, y harás que te odien.
Ley 44: Desarma y enfurece con el efecto espejo
Un espejo refleja la realidad, pero también es la herramienta perfecta para engañar. Cuando espejeas a tus enemigos, haciendo lo mismo que ellos hacen, estos no podrán descifrar tu estrategia.
El efecto espejo se burla y humilla a tus enemigos, haciendo que reaccionen con fuerza. Al sostener un espejo frente a sus psiques, los seduces con la ilusión de compartir sus valores. Al sostener un espejo frente a sus acciones, les muestras una lección.
Pocos pueden resistir el poder del efecto espejo.
Ley 45: Pregona la necesidad de un cambio, pero nunca reformes mucho de un solo golpe
Todos entienden la necesidad de cambiar de forma muy general. Pero en el día a día, las personas son creaturas de hábito. Demasiada innovación es traumática para ellos, y derivará en problemas y resistencia.
Si eres nuevo en una posición de poder, o un forastero intentando construir una base de poder, demuestra respeto por los métodos antiguos.
Si el cambio es necesario, hazlo sentir como una mejora sutil.
Ley 46: Nunca te muestres demasiado perfecto
Aparentar ser mejor que los demás es peligroso, pero es mucho más peligroso aparentar la carencia de defectos y debilidades.
La envidia crea enemigos silenciosos.
Es inteligente desplegar defectos ocasionalmente, y admitir vicios no dañinos, para ser capaz de desviar la envidia y mostrarse como un ser humano.
Solo los dioses y la muerte pueden ser percibidos como perfectos.
Ley 47: No vayas más allá de tu objetivo original al triunfar; cuando se trata de ganar, aprende a detenerte
El momento de la victoria es con frecuencia el momento de mayor peligro. En la calentura de la victoria, la arrogancia y el exceso de confianza pueden empujarte a exceder el objetivo que te propusiste. Y al ir demasiado lejos, crearás más enemigos que los que derrotaste.
No permitas que el éxito se te suba a la cabeza. No hay sustituto a la estrategia y a la planeación cuidadosa. Establece un objetivo, y cuando lo alcances, detente.
No vayas más allá de tu objetivo original al triunfar.
Ley 48: Asume la falta de forma
Al tener una forma definida, al tener un plan visible, quedas expuesto a un ataque. Pero, en lugar de tomar una forma definida que tu enemigo pueda entender, debes mantenerte en movimiento.
La mejor forma de protegerte es siendo tan fluido como el agua. Nunca confíes en la estabilidad, ni en un orden permanente.
Todo cambia.
Frases destacadas de las 48 Leyes del Poder de Robert Greene
«Cuando te muestras al mundo y despliegas tus talentos, atraes todo tipo de resentimientos, envidia, y otras manifestaciones de inseguridad… pero no puedes pasar tu vida preocupándote por los insignificantes sentimientos de los demás». – Robert Greene, Las 48 Leyes del Poder
«Mantén a tus amigos para una amistad, pero trabaja con personas hábiles y competentes». – Robert Greene
«No dejes tu reputación a la suerte o a los chismes; es el trabajo de tu vida, y debes elaborarla, perfeccionarla y exhibirla con el cuidado de un artista». – Robert Greene, Las 48 Leyes del Poder
«Nunca asumas que la persona con la que lidias es más débil o menos importante que tú. Algunas personas se ofenden con lentitud, y eso hará que juzgues equivocadamente la dureza de su piel, y terminarás insultándolos. Pero si ofendes su honor y su orgullo, te atacarán con una violencia inesperada y extrema. Si quieres rechazar a alguien, es mejor hacerlo gentil y respetuosamente, incluso si sientes que su solicitud es imprudente o que su ofrecimiento es ridículo». – Robert Greene, Las 48 Leyes del Poder
«Muchos pensadores serios son producidos en las prisiones, donde no tienen nada que hacer más que pensar». – Robert Greene, Las 48 Leyes del Poder
Mi Opinión Sobre las 48 Leyes del Poder de Robert Greene
Este es el primer libro que leo del escritor Robert Greene. Y es un monstruo de libro. Largo. Y con mucha evidencia histórica para sostener sus argumentos.
Una vez que te adentras en la lectura de las 48 leyes del poder de Robert Greene, puedes darte cuenta de que su contenido es bastante maquiavélico.
Es un libro que muestra muchas armas y estrategias para ganar poder. Y muchas de estas armas y estrategias están diseñadas para tomar ventaja, salirte con la tuya, hacer daño, y destruir a las personas.
Esta información es demasiado peligrosa para caer en las manos de cualquier charlatán. Sin embargo, creo que son herramientas bastante útiles que le servirán a cualquier persona a hacer su vida un poco mejor, independientemente si las usa para el bien o para el mal (por favor, úsalas para hacer el bien).
Todos formamos parte del juego del poder, aunque no lo queramos. Las relaciones sociales se basan en el poder. Y es mejor conocer estas dinámicas sociales para evitar caer víctima de ellas.
Las armas de este libro serán útiles tanto para emprendedores con una empresa (valga la redundancia), como para empleados en las empresas.
Las 48 leyes del poder del autor Robert Green, sin duda alguna, es una obra que vale la pena leer. Pero también vale la pena estudiarla y reestudiarla para entender cómo es que estas reglas son aplicadas a favor y en contra nuestra.
Me divertí mucho elaborando este resumen. Espero que tú también hayas disfrutado leerlo.
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